Historia del día

Curvilíneos los contornos de mi cuerpo y azules los pensamientos en mi cabeza. No azules no, hoy, negros, violetas y rojos son: un extraño crepúsculo de temperamento apasionado y de iracunda confusión.

Sombras, en mi cerebro, daban vuelta y contribuían al humo obscuro de la locura que me inundaba; y tus manos desbaratando mi mi piel y mi alma al mismo tiempo: quebrándome el aliento con los estremecimientos de mi vientre y dañándome con tus besos vacíos. Nunca fui mas que una cura para tus ganas de mí visión.

Recuerdo el sabor de tu amor en mi memoria y las palabras que salían como perfume de tus ojos. Nunca nadie como tú.

Solo tú me usabas como espejo y como cueva donde esconder tus miedos a la vida. Únicamente tú me hiciste sentir dolida y maligna: rudamente salpicada con la parte cruel de la realidad, con la putrefacción de los complejos no superados de tu historia.

Hoy el anochecer fue doloroso, pero mi aflicción pasará pronto. El amanecer siempre llega y el fulgor rosado que al acto toca mis dedos, hará verde mi esencia.

2 comentarios:

Jainita dijo...

Wow!

bien nena!!


ya regresé a escribir espero postees, besito

Sozinho dijo...

No deberias dejar de escribir; no por el evidente intento rebosante de talento, sino porque "matar" textos se nos convierte en un error demasiado común...no sé por qué entiendo lo que expresas, pero así es.

Me comentas que algo de ti borraste en todo aquello que se fue...hubiera sido interesante ver esa evolución moral.